1. Definición del proyecto y caso base
El primer paso consiste en definir lo que se desea evaluar. Hay que entender perfectamente en qué consiste el proyecto
y qué decisiones estratégicas de la empresa involucra. Si el proyecto es complejo, habrá varias formas distintas de llevarlo a cabo y múltiples decisiones estratégicas a tomar.
El caso base es lo que sucede en la empresa si el proyecto no se realiza. Es importante entender bien el
caso base porque la valoración del proyecto depende de lo que sucedería si este se realiza en contraste con lo que sucedería si no se realiza (el caso base).
2. Proyectar ingresos y costos
Una vez definidos el proyecto y su caso base podemos comenzar a proyectar. En una primera etapa, lo esencial es proyectar bien los
ingresos y costos incrementales que esperamos que el proyecto genere por sobre el caso base.
3. Estimar flujos de caja
El valor que el proyecto genera cada período no equivale exactamente a sus utilidades contables. Lo que realmente interesa es estimar,
a partir de ingresos y costos, los flujos de dinero reales que el proyecto genera. A estos flujos se les denomina flujos de caja libre. Lee aquí cómo calcularlos.
4. Estimar la tasa de descuento
El dinero tiene distinto valor en el tiempo (ver cómo calcularlo aquí). La tasa de descuento es necesaria para mover los flujos de
caja libre en el tiempo, y permite calcular algunos de los indicadores de rentabilidad del proyecto.
5. Calcular VAN, TIR y payback
En base a los flujos de caja libre y a la tasa de descuento podemos calcular el VAN del proyecto (ver cómo calcularlo aquí).
El VAN simboliza la riqueza que genera el proyecto en dinero de hoy. Si el VAN es positivo el proyecto debería realizarse.
El VAN es el indicador más importante de rentabilidad, pero también hay otros como la TIR y el payback.
6. Anaìlisis de riesgo
Un análisis de riesgo revela queì tan robusta es la evaluación ante cambios en alguna de las variables relevantes.
Es probable que nuestras estimaciones iniciales no se cumplan a la perfección, por lo tanto es importante conocer cuánto pueden variar nuestros supuestos antes que le proyecto deje de ser rentable.
7. Valorizar flexibilidades
Cada proyecto tiene distintas flexibilidades; encontrarlas es el primer desafío antes de valorarlas. Cuando un proyecto tiene mayor incertidumbre,
las flexibilidades toman mayor valor. Entre las flexibilidades más comunes se encuentran: esperar a realizar el proyecto más adelante, expandir el proyecto cuando a este la va bien y abandonarlo en caso contrario.